domenica 7 aprile 2013

El aula cósmica . Joel L. Whitton - Joe Fisher . IV parte



Cuando van cumpliéndose las etapas, el individuo entra en el camino de la evolución.
La evolución puede compararse con una altísima montaña surcada por caminos, algunos más transitados que otros . Esos caminos pueden ascender por el Oriente con la contemplación y la meditación, o por Occidente mediante el misticismo y la metafísica intelectual.

En tanto subsista el deseo de ser, hacer o poseer, la consecuencia kármica continuará.
Cuanto mejor se entienda la ley del impulso, más podrá preverse cómo las motivaciones, actitudes y conducta personales están elaborando las condiciones kármicas.

Hasta Buda, que derivó mucho de su filosofía de las sagas hindúes, todavía sufrió por el largo brazo del karma ante el gran asombro de sus discípulos.
Un día, cuando una espina de cacto penetró en uno de sus pies, unos desconocidos hablaron mal de él y nadie puso una limosna en su cuenco, le pidieron a Buda que explicara su karma como lazo con vidas anteriores. Buda dijo:

... los lazos del karma, como verdaderos siervos, siempre están junto a las criaturas ...
El karma es como la corriente del tiempo. Nunca puede interrumpirse su curso en la persecución constante del hombre. Largas son las ramas del karma; nuevas y sin embargo cubiertas de antiguos frutos; es un maravilloso compañero de todas las criaturas y sin embargo no puede cambiarse. Si se tira de sus ramas, se las arranca, se las parte, se las tuerce, se las frota o se las divide en átomos, nunca se destruyen.

Buda estaba explicando claramente que los grandes triunfos nunca borran los errores de las vidas anteriores. Una ley es una ley y no se puede cortar camino hacia la sabiduría: el objetivo de la circunstancia kármica ...
El karma del hombre viaja con él como su sombra. En realidad es su sombra pues se ha dicho:" El hombre está en su propia sombra y se pregunta por qué está oscuro".
Eso escribió Alan Watts en "El espíritu del Zen".   Pues para que el karma termine, deben saldarse las viejas deudas y no deben crearse otras nuevas. Y la única forma de equilibrar las cuentas de muchas vidas es adoptando con sinceridad los preceptos de amor y generosidad.

Como dice Joseph Weed:

Mientras  exista el menor egoismo en cualquiera de nuestras acciones, mientras seamos buenos porque esperamos la recompensa, deberemos volver aquí para recibirla.
Cada causa tiene su efecto, cada acción da su fruto, y el deseo es el lazo que los une. Cuando se rompe el lazo y se quema, termina la conexión y el alma queda libre.

La conclusión más importante que se saca de la idea del karma es que el azar no ha tomado parte alguna en el arreglo de las circunstancias en las que nos encontramos. En la Tierra somos la personificación de las elecciones que hemos hecho en el bardo.

Nuestra decisión tomada en el estado incorpóreo nos ha asignado nuestra situación en la vida, mediante la inclinación subconsciente, y continúa presentándonos las flores y las piedras del destino.

Convencerse de la verdad de la ley del karma es aceptar el estado de cosas en que uno mismo se ha colocado, por difícil que sea.
El individuo busca desafíos y desastres sabiendo que contienen las oportunidades para aprender y evolucionar.

La vida entre las vidas". Whitton and Fisher

El aula cósmica . Joel L. Whitton - Joe Fisher . III parte



Si debemos soportar una vida difícil, no necesariamente estamos pagando por hechos de una existencia anterior. Al pasar por ciertas pruebas podemos estar preparándonos para tareas y realizaciones futuras.

El karma, a pesar de sus exigencias y consecuencias, no debe considerarse como una ley férrea que nos obliga a actuar de una manera determinada. La esencia misma del karma implica la presencia de un motivo que, a su vez, necesita del ejercicio del libre albedrío.

La evolución kármica comprende el desarrollo de la personalidad y el refinamiento de las habilidades y aptitudes.

 El doctor Whitton ha notado como sus sujetos, en el transcurso de muchas vidas, avanzaron por un camino que conduce desde lo infantil y egocéntrico a lo adolescente y, eventualmente, a la personalidad madura.

El progreso se determina por la fuerza de voluntad.
 Ha visto también como se usan los talentos en las sucesivas encarnaciones. Una comodidad especial en esta vida puede seguir a una historia de esfuerzo y aplicación en reencarnaciones  anteriores.

De ahí es lógico suponer que los grandes estadistas, músicos, filósofos y otros que han llegado a ser mundialmente famosos deben  haber ido aprendiendo poco a poco a usar sus capacidades en vidas pasadas hasta que dieron sus frutos produciendo una vida importante con influencia en su  época.

 Y una persoona sin cualidades para la organización y dirección es casi imposible que haya sido  alguien de importancia histórica en una vida previa.

El karma funciona en todos los aspectos de la vida. En su libro "La sabiduría de los maestros místicos"  Joseph J. Weed expresó las siguientes relaciones entre causa y efecto que funcionan en la ley kármica:

Las aspiraciones y deseos se convierten en capacidades.
Los pensamientos repetidos se vuelven tendencias.
La voluntad para llevarlos a cabo se convierte en acción.
Las experiencias dolorosas se convierten en conciencia.
Las experiencias repetidas llevan a la sabiduría.

El problema del karma es que puede oscurecer los propósitos más elevados del alma aún cuando sus rodeos y escalas proporcionen los medios para lograr ese propósito.

La cacofonía kármica que acompaña todas las luchas personales de la interacción humana con frecuencia ahoga el tema de fondo de nuestras vidas: la lucha interior del alma por conocerse mejor.
Para expresarlo con otra metáfora, es como si todos condujéramos vehículos por la gran ruta de la evolución pero se obstruyeran los puntos de llegada con las congestiones del tránsito kármico.

En la vida entrer vidas, el conocimiento del propósito está siempre a mano.
La expresión terrena de la búsqueda del cumplimiento del destino, sin embargo, se despierta en forma progresiva mediante la "investigación del alma", la que parece avanzar en cinco etapas características que pueden extenderse a lo largo de muchas vidas.

1) El materialismo: La búsqueda del bienestar físico, del estado dominado por las ansias sensuales.
Se tiene poca consideración por los sentimientos de los demás y no existen objetivos filosóficos.

2) La superstición: La toma de conciencia de que existen fuerzas y entidades más grandes que uno. Prácticamente nada se sabe sobre ese poder omnisapiente; sólo se percibe que hay algo que no puede controlarse excepto, quizás, mediante amuletos y rituales. Continúa prevaleciendo el estilo materialista de vida.

3) La ortodoxia: La práctica simple, supersticiosa y rígida de la creencia en Dios Todopoderoso.
Esa idea se adapta para la vida. Se cree que con las plegarias, la práctica del ritual y ciertas formas de comportamiento se garantiza la recompensa suprema: un lugar en el cielo o la vida eterna.
Por lo general se requiere de un líder para que interceda ante Dios Todopoderoso para apaciguarlo.
Importa poco si el líder es un gurú que usa turbante o se llama Jesucristo; se necesita a alguien que exprese, dirija y defienda una convicción fundamental.

4) La filosofía: El despertar temprano a la conciencia de la propia responsabilidad. Se mantiene la convicción religiosa, pero se juzga que no basta atenerse al dogma.
Esta etapa está señalada por el respeto por la vida, la tolerancia de las creencias de los demás y la comprensión de las enseñanzas más profundas de las religiones ortodoxas.

5) La persecución: Predomina la tensión interior y la angustia que surgen del deseo intenso de entender el sentido de la vida. Hay conciencia de que existen un significado y un propósito de la existencia, y aparece la incertidumbre sobre los medios para adquirir esos conocimientos.
La búsqueda de las respuestas suele tomar la forma de leer muchísimo, estudiar y asociarse con grupos metafísicos y místicos.
El nombre de esta etapa se ha tomado del Sermón de la Montaña, de Cristo, y de la frase: "Benditos sean los perseguidos". (Mateo 5:10).

La vida entre las vidas". Whitton and Fisher

El aula cósmica . Joel L. Whitton - Joe Fisher . II parte



Las pautas kármicas se forman como resultados de los esfuerzos del alma por mejorarse mediante determinados obstáculos. Esas pautas influyen mucho en la elección y la planificación personal de las reencarnaciones sucesivas.
En el estado de vida inermedia el alma revisa su desempeño en el curso de muchas vidas y elige resolver o afinar ciertos hechos en la próxima vida. Si bien los errores del pasado enfrentan al alma en el bardo, casi todos los ajustes kármicos sólo pueden efectuarse volviendo a la existencia física y al reencuentro, en muchos casos, con aquellos con los que ha establecido el karma.

Históricamente el karma ha sufrido transformaciones profundas en los pasados cinco mil años.
Los antiguos egipcios presentaban la justicia kármica como el frío balance del libro de las acciones morales según el cual se castigaban las maldades. "Tu acción te juzga" se declara en el verso 28 de La instrucción de Ptahhotep, que data del 2.600 a. C.

El Antiguo y el Nuevo Testamento tampoco se comprometían a nada y expresaban un agudo gusto por la venganza.
La Revelación 13: 10 dice:" Aquel que condujo a la cautividad será cautivo, el que mató con la espada morirá por la espada".

Los siglos después de Jesucristo vieron una interpretación más refinada de la ley arcaica.
Los gnósticos cristianos y los hebreos kabalístas entendieron el karma como una ley de las compensaciones. El que matara a otro no estaría condenado a morir de la misma manera, pero se esperaba de él que compensara su mala acción de alguna manera, quizás volviendo en una vida futura para atender a los moribundos y mutilados.

Una tercera interpretación, que sigue teniendo validez en el presente y que se cree se originó en el misticismo europeo durante la Edad Media, declara que el Karma es simplemente un proceso de aprendizaje; una "escuela de golpes" que proporciona conocimientos mediante prueba y error.

La comisión de un asesinato pondrá en marcha acontecimientos que no necesitan ni de una víctima ni de la compensación activa. Cualquiera que sean las repercusiones, enseñarán al asesino que al actuar como lo hizo sólo ha sido autodestructor; que al destruir el cuerpo físico de otra persona ha retardado su propio progreso espiritual.

Los inventarios de la vida pasada de los sujetos del doctor Whitton tienden a reflejar las tres interpretaciones del karma; la del "ojo por ojo" se manifiesta en los primeros estados de la evolución personal.

Los sujetos mismos, llevados al estado de vida intermedia, hablan del karma como de lo que han creado para ellos mismos como medios para refinar poco a poco sus naturalezas.
Una y otra vez , en trance, han declarado que deben pasar por ciertas experiencias para purgar imperfecciiones y avanzar en la evolución.

El manejo de esas experiencias determina el progreso que hayan hecho y, si no han aprendido, debe repetirse la situación.
La práctica se perfecciona en el aula cósmica.

" La vida entre las vidas". Whitton and Fisher