Una mirada más cuidadosa sobre el alcance de la Terapia de Vidas Pasadas requiere del paulatino proceso de conocimiento del cómo y por qué transitar paisajes aún desconocidos y experimentar lo diferente.
Si bien puede resultar todavía difícil un acercamiento conceptual podemos percibir su reflejo si nos detenemos a observar, cómo se manifiesta en nuestro mundo tridimensional, la realidad álmica no visible para toda percepción ordinaria.
Tanto lo cósmico como lo telúrico, en modo cada vez más notorio, promueven una detenida observación hacia hechos y situaciones sincrónicas, a la urgencia de un corrimiento en las creencias respecto a la etiología y forma de abordar los procesos de salud y enfermedad, a percibir y asistir los dolores del alma y la búsqueda consecuente de ámbitos de sanación.
La necesidad de la palabra escrita, la incorporación de sonidos de frecuencias facilitadoras para adentrarnos en nuestro interior, y todo aquello que involucre la conexión con la dimensión espiritual de la psiquis, crean ámbitos con características particulares y afines para vehiculizar el encuentro de almas que actuarán como espejos en esta creciente sed de espiritualidad.
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